lunes, 8 de junio de 2020

La vida imaginada de Giulio y Luciano en la Galería Utopía Parkway



 Una historia heredada

Al adquirir inmovilidad e impasibilidad en el arte, 
al sustraerse al dominio del devenir, 
en el que los objetos inevitablemente 
están destinados a desaparecer, 
lo efímero tiende a hacerse eterno en la pintura
La vida de las cosas, Remo Bodei


Los álbumes familiares albergan valores que van allá de los puramente objetuales. Guardan significados emocionales añadidos, están investidos de afectos. Son memoria, son recuerdos. Funcionan como eslabones entre el espacio y el tiempo. Las fotografías que contienen constituyen documentos que aportan legibilidad al pasado, retratando a quienes ya no están e inmortalizando acontecimientos significativosNuestra identidad tiene necesidad de esas imágenes. Frente a la rapidez de la contemporaneidad se impone la melancolíaIsabel Cadenas Cañón reflexiona al respecto en su ensayo Poética de la ausencia”: Vivimos en tiempos nostálgicos. Las cámaras de los teléfonos móviles tienen filtros para hacer que las imágenes parezcan antiguas y cada fin de semana hordas de nostálgicos recorren los mercados de pulgas en busca de objetos de segunda mano, un collar, un vestido, una cajita de música. Y, sobre todo, fotografías; hay puestos con cajas llenas. Los nostálgicos, las nostálgicas, revuelven entre ellas y seleccionan unas pocas. ¿Por qué nos fascinan esas imágenes de personas a las que no conocimos, en lugares a los que no hemos ido, haciendo cosas que no entendemos?
La de Giulio & Luciano es una historia heredada y reelaborada cuyo origen parte de un álbum de fotografías localizado por Federico Granell en un anticuario de la ciudad de Roma. Ese álbum, que debería recoger la memoria de una familia, está incompleto. En él faltan fotografías que son sustituidas por tintas realizadas por el artista para complementar el catálogo iconográfico de protagonistas y lugares. Un relato, a medio camino entre la ficción y la realidad que, de las tintas, pasa también al lienzo con la vocación de lograr la eternidad a través de la pintura. El filósofo Remo Bodei analiza en su ensayo “La vida de las cosas” cómo los objetos, a través de testamentos, compras o la simple recuperación (como es el caso de Granell y el álbum de fotos que da origen al proyecto) se convierten en eslabones de continuidad entre generaciones: Es enorme la gran cantidad de objetos huérfanos, abandonados por sus anteriores propietarios, que estamos llamados a adoptar, rechazar o ignorar. Se trata de una especie de translatio imperii que determina que pasen de mano y que su vida pueda continuar aun después de la muerte o el alejamiento de quien los custodiaba.
Federico Granell decodifica, reconstruye e imagina la vida de ambos hermanos en una Italia que abarca el periodo comprendido entre los años 1936 y 1944: Mussolini, la Segunda Guerra mundial, la firma del pacto del Eje Roma-Berlín, la ocupación nazi de la ciudad y el movimiento del neorrealismo italiano. Pero, en este álbumfamiliar no solo faltan instantáneas, están ausentestambién los duros momentos que atraviesa el país. El proceso selectivo mediante el cual dejar para la posteridad una biografía en papel se aferra casi, exclusivamente, momentos felices (escenas familiares amables, visitas a ciudades, a monumentos...). Un inventario de aquellos recuerdos que se desea conservarEn tal registro cobran especial protagonismo las imágenes de los niños. Con las figuras de Giulio & Luciano el artista introduce un componente inquietante en las aparentemente apacibles escenas que supone el contrapunto a ese contexto histórico velado que tienen detrás. Granell se centra en la representación de los dos hermanos y, por medio de ellos y de su físico similar, consigue generar unas atmósferas de cierta inquietud y desasosiego. En sus propias palabras: A primera vista los dos niños se parecen, como una imagen especular, pero al fijarnos más vemos que uno tiene un carácter introvertido y otro extrovertido. Cada uno posee su propia personalidad aunque parezcan gemelos, lo cual genera un punto extra de misterio en los lienzos. Así, además de abordar las cuestiones del recuerdo, la nostalgia y el tempus fugit, ahonda en la temática de la doble naturaleza del ser humano. Cada persona, ya desde la infancia, posee un Míster Hyde bajo una superficie deDoctor JekyllStevenson relató como nadie la coexistencia del bien y del mal y la fina línea que los separa. 
Una vida no es más que un fenómeno biológico en tanto la vida no sea interpretada. Y en la interpretación, la ficción desempeña un papel mediador considerable. Son palabras de Paul Ricoeur en “La vida: un relato en busca de narrador”. Un álbum familiar, como una obra abierta, está sujeto a las interpretaciones y relecturas de quien accede a él y lo lee como si de una novela se tratase. Retomando a Ricoeur: Apropiarse de una obra por la lectura, es desplegar el horizonte implícito del mundo que envuelve las acciones, los personajes, los acontecimientos de la historia narrada. El resultado es que el lector pertenece a la vez al horizonte de experiencia de la obra imaginativamente y al horizonte de su acción, realmente. Horizonte de espera y horizonte de experiencia no cesan de encontrarse y de fusionarse. Federico Granell ha leído e interpretado el álbum fotográfico encontrado de una familia italiana reconciliando vida y ficción a través de la pintura. 


Natalia Alonso Arduengo
Crítica y comisaria independiente