ayer finalizaba la exposición de antonio lópez en el museo de bellas artes de bilbao, una retrospectiva que entre junio y septiembre del año pasado estuvo en el museo thyssen-bornemisza de madrid y que no sé si tiene prevista alguna escala más aunque no me extrañaría.
bilbao está a unas tres horas de oviedo así que era razonable ir a pasar el día y ver la exposición, por la mañana, paseo a lo largo de la ría hasta el casco y allí unas tapas antes de dirigirse al museo sobre las 4.
resulta difícil hablar de obras que has mirado y remirado en el catálogo de su gran retrospectiva de 1993 en el reina sofía, obras que en cuanto las ves en vivo cambian completamente, llenas de detalles que el objetivo de la cámara no puede captar, obras en las que se puede apreciar el tiempo, no sólo de ejecución sino también el paso del tiempo y que en el conjunto de la exposición queda más subrayado todavía al tratarse de retratos de familiares a los que capta en distintos momentos de su vida.
y aunque no tengan nada que ver con lo que uno hace te sirven de inspiración, no sé, sobre todo por su manera tan personal de ver el realismo, por su constancia y por su trayectoria impecable.
me viene a la cabeza el día que lo conocí por pura casualidad a la puerta del ivam valenciano, mientras él esperaba para participar en una charla sobre cine me acerqué a saludarlo y a decirle que era un gran fan de su obra, me pareció majísimo y muy cercano, había llegado hacía poco en el autobús y nadie le había ido a recoger así que tuve la oportunidad de charlar unos minutos a la puerta del museo, una sorpresa pues yo iba camino de comprar bastidores y no sabía nada de esa conferencia a la que por supuesto me quedé.
todavía estoy asimilando todo lo visto, pues la experiencia de ver estas obras en directo es algo muy especial, la sala de las primeras obras, más misteriosas y oníricas, la sala con la alacena y la nevera nueva, la sala donde estaba la mujer en la bañera que era casi imposible dejar de mirar, la gran sala con las vistas de madrid, la más espectacular de todas, con cuadros tan míticos como madrid desde torres blancas o madrid desde la torre de bomberos de vallecas, la sala dedicada a la gran vía, en la que se echaba en falta gran vía, 1974-1981 y la sala final con un bronce de 2011 llamado hombre acostado y también las esculturas de madera del museo reina sofía, hombre y mujer, que ya conocía pero que nunca te cansas de ver y en una pared un conjunto de flores de una delicadeza espectacular. buena forma de finalizar. en resumen, una grandísima exposición, de las que marcan.
en la imagen superior, antonio lópez observando un cuadro de la exposición y abajo una foto del bronce titulado día en la gran vía de bilbao.
lunes, 30 de enero de 2012
sábado, 28 de enero de 2012
cosas que hacer en parís III (musée du quai branly)
en el museo du quai branly, un museo muy moderno situado a los pies de la torre eiffel diseñado por jean nouvel, el arquitecto francés más conocido en la actualidad, te puedes encontrar con cosas de todo tipo y de cualquier lugar del mundo, como ejemplo las cuatro fotos de este post que tienen muy poco que ver entre sí.
para empezar pude ver una exposición temporal sobre la cultura maorí de la que salí casi igual que como entré, ví piraguas, algún cuadro curioso, objetos varios para rituales, no sé, no me motivó demasiado, después me fuí hacia la colección permanente subiendo una pasarela serpenteante ascendente, en la sala principal mi primera impresión es que me resultaba oscura y extraña, con piezas iluminadas pero sin casi hacerte dirigirte a ninguna en concreto, como buscando un efecto general pero olvidándose de destacar cada pieza, entre ellas totems africanos, máscaras, objetos misteriosos que me cuesta entender, a partir de la zona de los aborígenes autralianos empecé a disfrutar un poco más del museo, gracias a algún cuadro interesante, después ya me encontré con piezas como la de la imagen superior pequeñas pero con mucho encanto o como las marionetas de sombras de indonesia que me atrajeron en cuanto las ví (imagen intermedia) cerca estaba una sala con máscaras con formas animales muy estilizadas de áfrica y también recuerdo de ver piezas interesantes procedentes de méxico pero ya tenía ganas de ver la expo que mejor pinta tenía, la de los samurais, no sé porqué me atraen esas cosas, supongo que por las películas y por mi fascinación con japón.
en esta zona pude ver una colección americana muy completa de armaduras japonesas, curioso pero cierto, un coleccionista americano tiene piezas que me extraña que dejen salir del pais, máscaras, armas, cascos,... de distintas épocas del japón, con sus respectivas influencias, como portuguesas en la forma de algunos cascos, aquí me entretuve más viendo la complejidad de estas protecciones con las que parecía imposible luchar que en intentar darle sentido, resulta todo muy estético, como se aprecia en las dos imágenes inferiores, un samurai a caballo y un panel representando un grupo de samurais a caballo atravesando un río preparados para luchar.
mi impresión del museo es que es algo confuso y no sé si será por lo poco acostumbrado a este tipo de museos que no lo difruté tanto o que el diseño se come la obra que alberga o que no estoy muy puesto en estos temas pero en principio lo doy por visto. es interesante pero si ya has visitado parís en bastantes ocasiones y te apetece conocer sitios nuevos (como era mi caso).
para empezar pude ver una exposición temporal sobre la cultura maorí de la que salí casi igual que como entré, ví piraguas, algún cuadro curioso, objetos varios para rituales, no sé, no me motivó demasiado, después me fuí hacia la colección permanente subiendo una pasarela serpenteante ascendente, en la sala principal mi primera impresión es que me resultaba oscura y extraña, con piezas iluminadas pero sin casi hacerte dirigirte a ninguna en concreto, como buscando un efecto general pero olvidándose de destacar cada pieza, entre ellas totems africanos, máscaras, objetos misteriosos que me cuesta entender, a partir de la zona de los aborígenes autralianos empecé a disfrutar un poco más del museo, gracias a algún cuadro interesante, después ya me encontré con piezas como la de la imagen superior pequeñas pero con mucho encanto o como las marionetas de sombras de indonesia que me atrajeron en cuanto las ví (imagen intermedia) cerca estaba una sala con máscaras con formas animales muy estilizadas de áfrica y también recuerdo de ver piezas interesantes procedentes de méxico pero ya tenía ganas de ver la expo que mejor pinta tenía, la de los samurais, no sé porqué me atraen esas cosas, supongo que por las películas y por mi fascinación con japón.
en esta zona pude ver una colección americana muy completa de armaduras japonesas, curioso pero cierto, un coleccionista americano tiene piezas que me extraña que dejen salir del pais, máscaras, armas, cascos,... de distintas épocas del japón, con sus respectivas influencias, como portuguesas en la forma de algunos cascos, aquí me entretuve más viendo la complejidad de estas protecciones con las que parecía imposible luchar que en intentar darle sentido, resulta todo muy estético, como se aprecia en las dos imágenes inferiores, un samurai a caballo y un panel representando un grupo de samurais a caballo atravesando un río preparados para luchar.
mi impresión del museo es que es algo confuso y no sé si será por lo poco acostumbrado a este tipo de museos que no lo difruté tanto o que el diseño se come la obra que alberga o que no estoy muy puesto en estos temas pero en principio lo doy por visto. es interesante pero si ya has visitado parís en bastantes ocasiones y te apetece conocer sitios nuevos (como era mi caso).
jueves, 26 de enero de 2012
cosas que hacer en parís II (père lachaise)
antes de la visita al louvre me acerqué a dar un paseo por el cementerio de père lachaise aprovechando que me alojaba muy cerca, en la rue du repos y que el cielo gris acompañaba (pues la experiencia es muy distinta a verlo en día de sol)
pasear entre las tumbas intentando reconocer a alguien conocido es muy curioso, el fenomeno fan llevado hasta su último extremo. en otra ocasión había visto las tumbas de jim morrison, oscar wilde y frédéric chopin, así que en este viaje me decanté por visitar otras, busqué en el mapa de la entrada alguna interesante y ví que estaba enterrado allí macel proust cerca del columbario, así que hacia allí me encaminé, era temprano y no habían llegado los turistas, estaba muy tranquilo, por el camino me llamó la atención la tumba de felix faure, con una escultura acostada de bronce muy sugerente, un antiguo presidente de francia de 1895 hasta su muerte en 1899. muy cerca paul baudry, un pintor del que no tengo ninguna referencia pero que debió ser muy importante en vida a juzgar por su tumba. subiendo por una de las multiples calles que organizan el cementerio me encuentro con la tumba de delacroix (imagen inferior) muy sobria, de aire neoclásico y sin busto. llegando a una ancha avenida me pongo a buscar la tumba de proust, no está en primera fila, tengo que esforzarme un poco pues está algo escondida, muy sencilla y de mármol negro, hago alguna foto pero no sale nada interesante, decido pasear por el columbario, aquí la muerte es más triste, nos iguala a todos pero viendo estos nichos es evidente que no es lo mismo para unos que para otros.
decido ir bajando hacia la parada de metro, por el camino me hace mucha ilusión encontrarme por casualidad el panteón familiar de gustave caillebotte, un pintor que me gusta mucho y que reconozco porque en la puerta hay una foto de un autorretrato suyo mal enmarcado. sigo bajando pero antes de irme busco otra tumba importantísima, georges méliès (foto superior) un gran mago del cine, un genio lleno de ideas brillantes, no puedo evitar acordarme del cohete que viaja a la luna, me alejo de allí triste y contento con la experiencia, es lo que hay, no es eurodisney, por suerte!
pasear entre las tumbas intentando reconocer a alguien conocido es muy curioso, el fenomeno fan llevado hasta su último extremo. en otra ocasión había visto las tumbas de jim morrison, oscar wilde y frédéric chopin, así que en este viaje me decanté por visitar otras, busqué en el mapa de la entrada alguna interesante y ví que estaba enterrado allí macel proust cerca del columbario, así que hacia allí me encaminé, era temprano y no habían llegado los turistas, estaba muy tranquilo, por el camino me llamó la atención la tumba de felix faure, con una escultura acostada de bronce muy sugerente, un antiguo presidente de francia de 1895 hasta su muerte en 1899. muy cerca paul baudry, un pintor del que no tengo ninguna referencia pero que debió ser muy importante en vida a juzgar por su tumba. subiendo por una de las multiples calles que organizan el cementerio me encuentro con la tumba de delacroix (imagen inferior) muy sobria, de aire neoclásico y sin busto. llegando a una ancha avenida me pongo a buscar la tumba de proust, no está en primera fila, tengo que esforzarme un poco pues está algo escondida, muy sencilla y de mármol negro, hago alguna foto pero no sale nada interesante, decido pasear por el columbario, aquí la muerte es más triste, nos iguala a todos pero viendo estos nichos es evidente que no es lo mismo para unos que para otros.
decido ir bajando hacia la parada de metro, por el camino me hace mucha ilusión encontrarme por casualidad el panteón familiar de gustave caillebotte, un pintor que me gusta mucho y que reconozco porque en la puerta hay una foto de un autorretrato suyo mal enmarcado. sigo bajando pero antes de irme busco otra tumba importantísima, georges méliès (foto superior) un gran mago del cine, un genio lleno de ideas brillantes, no puedo evitar acordarme del cohete que viaja a la luna, me alejo de allí triste y contento con la experiencia, es lo que hay, no es eurodisney, por suerte!
martes, 24 de enero de 2012
cosas que hacer en parís I (louvre)
en parís hay tanto que ver y que hacer que resulta difícil decidirse pero en este mini-viaje me decidí por visitar el louvre por segunda vez, la primera fue como en el 2006, así que allá me fuí el jueves pasado, dispuesto a investigar salas que no conocía y a revisitar otras, empecé por las salas de escultura francesa del s. XVII, donde me hubiera gustado ir con tiempo y ponerme a dibujar como hace mucha gente, después aparecí casi por casualidad en las habitaciones privadas de napoleón III y aluciné, todo lujo y grandiosidad, telas y dorados, ya con ganas de ver pintura me dejé llevar por las salas de pintura francesa, alemana, flamenca,... del segundo piso del ala richelieu, todo perfecto hasta que aparecí en una gran sala dedicada a rubens, cuadros enormes que me transmiten muy poco, uno tras otro, por lo visto maría de medicis encarga a rubens 24 cuadros para decorar la galería oeste del palacio de luxemburgo, es demasiado para mi y decido ir a lo seguro, cambiar de ala y centrarme en la gran colección de pintura italiana que tiene el louvre, en el ala denon, empiezo en las salas de escultura, roma antigua, algo de egipto, todo genial presentado, paso a la zona de escultura con escultura italiana del s.XVI-XIX, canova con su psique reanimada por el beso del amor (un detalle en la foto superior) me deja con la boca abierta, qué delicadeza! camino hasta los esclavos de miguel ángel, éstos tienen una fuerza contenida muy distinta de canova, en el camino hacia la escalinata de la victoria de samotracia me encuentro una escultura con una fuerza espectacular, es la sala por la que corrían en la película de godard, apetece hacer lo mismo pero decido ir despacio, subo la escalinata y veo un montón de esculturas almacenadas, con pláticos por encima que me produce cierta tristeza, supongo que estarán remodelando alguna sala.
y por fin llego a las salas de pintura italiana, es un gran pasillo enorme lleno de gente, algunos se para a mirar los cuadros pero la mayoría parece que va a tiro fijo, a buscar la monalisa, yo prefiero evitarlo por el momento y recorro salas adyacentes con pintores como botticelli, ucello, piero della francesca, giotto, mantegna, lleno de obras geniales, aperezco en la sala de la pintura francesa de grandes formatos, con cuadros de caspar david o ingres (en la foto inferior) también me paso un gran rato contemplando la balsa de la medusa de gericault, un cuadro que podría medir 50x70 cm y sería igual de escalofriante, aunque a con ese tamaño impacta mucho más, también está la libertad guiando al pueblo de delacroix, un icono de francia. decido acercarme a ver la monalisa y me gusta pero no entiendo el revuelo y el barullo en la sala con flashes cada 10 segundos, perfiero una zona más tranquila y por fin me encuentro con el que para mi es la verdadera joya del museo, la muerte de la virgen de caravaggio, un cuadro que como casi siempre en su obra me deja sin palabras y hasta sin ganas de volver a coger el pincel, suspiro y decido seguir camino de la pintura española, hay obra de ribera, zurbarán y el greco que igual por mi estado de ánimo melancólico me apetece observar más, en una sala pequeña veo un turner que por lo visto es el único que se encuentra en francia, es perfecto y eso que pone que está en estado de boceto. decido que ya tengo hambre, estoy cansado y toca irse pero antes me paseo por la sala del arte de africa, asia, oceanía y américa, interesante colofón en este grandísimo museo.
y por fin llego a las salas de pintura italiana, es un gran pasillo enorme lleno de gente, algunos se para a mirar los cuadros pero la mayoría parece que va a tiro fijo, a buscar la monalisa, yo prefiero evitarlo por el momento y recorro salas adyacentes con pintores como botticelli, ucello, piero della francesca, giotto, mantegna, lleno de obras geniales, aperezco en la sala de la pintura francesa de grandes formatos, con cuadros de caspar david o ingres (en la foto inferior) también me paso un gran rato contemplando la balsa de la medusa de gericault, un cuadro que podría medir 50x70 cm y sería igual de escalofriante, aunque a con ese tamaño impacta mucho más, también está la libertad guiando al pueblo de delacroix, un icono de francia. decido acercarme a ver la monalisa y me gusta pero no entiendo el revuelo y el barullo en la sala con flashes cada 10 segundos, perfiero una zona más tranquila y por fin me encuentro con el que para mi es la verdadera joya del museo, la muerte de la virgen de caravaggio, un cuadro que como casi siempre en su obra me deja sin palabras y hasta sin ganas de volver a coger el pincel, suspiro y decido seguir camino de la pintura española, hay obra de ribera, zurbarán y el greco que igual por mi estado de ánimo melancólico me apetece observar más, en una sala pequeña veo un turner que por lo visto es el único que se encuentra en francia, es perfecto y eso que pone que está en estado de boceto. decido que ya tengo hambre, estoy cansado y toca irse pero antes me paseo por la sala del arte de africa, asia, oceanía y américa, interesante colofón en este grandísimo museo.
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